Reproducción de la portada de la separata de la entrevista
En febrero de 1.981, El Santísimo Cristo de la Sangre fue restaurado por el insigne Escultor e Imaginero, Antonio León Ortega. La redacción del boletín informativo de la hermandad de los Estudiantes de Huelva aprovecho esta circunstancia para realizarle una entrevista y reportaje gráfico. La entrevista se reproduce a continuación, las imágenes no las reproduzco ya que no se si podrían herir la sensibilidad de algunas personas.
Semanas
atrás al entrar en la parroquia de San Sebastián, observábamos un
gran vacío en el Altar Mayor, veíamos la Cruz del Cristo de la
Sangre, sin Nuestro Amado Titular, y nos preguntábamos: ¿Dónde
esta el Cristo de la Sangre?
Nuestro
Titular estaba siendo restaurado de una serie de grietas que
presentaba, en el pecho, cuello y axilas principalmente, además de
hendiduras extendidas por el cuerpo y sudario.
La
secretaría de nuestra hermandad, se convirtió durante tres semanas
en techo y hospital de nuestra advocación.
Antonio
León Ortega, escultor e imaginero que creara la imagen del Cristo de
la Sangre en el año 1.949 y que más tarde en el año 1.956,
realizara la imagen de la Virgen del Valle, ha sido el encargado de
restaurarla; hecho que ha aprovechado la redacción del Boletín
informativo “Cristo de la Sangre”, para entrevistarlo debido a la
importancia de este artista en la Semana Santa de Huelva.
Antonio ¿Cuánto tiempo dedicado a la imaginaría?
Mi
primer trabajo como imaginero fue en el año treinta y siete, fue la
restauración del Cristo yacente de San Francisco en Ayamonte, obra
probable- mente, del siglo XVI.
¿Dónde nació el escultor?
Después
del salir de la escuela de los Padres Paules de Ayamonte de aprender
lo ele-mental las cuatro reglas y algo más, empecé a cuidar unas
cabritas que tenía, para ayudar a mi padre en las faenas del campo.
Un día cualquiera, se me ocurrió, hacer en corcho primero y después
en madera, la representación de una de las cabritas. Ese día, nació
el escultor.
¿Y
como imaginero?
Un
viernes Santo, fue por la mañana, cuando volvía de la Villa después
de la rifa de Padre Jesús, al pasar por delante de la iglesia de San
Francisco, me encontré, sin esperarlo, con el paso del Cristo
Crucificado, este Cristo era muy delgado, el sudario de tisú de
plata, encima de la madera el pelo natural, Todo esto unido a la
brisa fría que venía del Guardiana y al estado emocional
después de una noche sin dormir, hizo que aquel espectáculo me
pareciera como una aparición o una revelación. Me
prometí, delante del Santo Cristo, intentar copiar en madera el
pasito de este Cristo, cuya talla hice después. Había nacido el
imaginero, tenía diecisiete años.
¿Tiene
antecedentes como artista en su familia? ¿Quién le sucederá en su
labor artística? ¿Sus hijos o nietos, quizás?
No
tengo ningún antecedente en mi familia, como artista, ni se quién
me sucederá en esta labor, pero la semilla ya está echada y
cualquiera de mis alumnos o aprendices que he tenido, me sucederán,
ahora mismo tengo dos que trabajan muy bien y que continuarán.
¿Cuántos
Cristos crucificados ha realizad? ¿Fue el Cristo de la Sangre uno
de los primeros?
Pues
habré realizado, aproximadamente unos cincuenta, entre pequeños,
para cabecera y para pequeños y de tamaño natural, a escala natural
habré hecho unos ocho o diez crucificados. Si,
el Cristo de la Sangre fue uno de los primeros, de mi primera época
como imaginero.
¿Por qué,
el Cristo de la Sangre, al morir inclina la cabeza a la izquierda?
Cuando
empiezo una figu- ra de Cristo me planteo el que sea distinta a los
hecho anterior- mente por mí, pues no tengo un modelo fijo, ese fue
el motivo de ponerle la cabeza caída hacia el lado izquierda,
después ideé hacerlo fino y espiritual.
¿Qué
diría usted, como imaginero del Cristo de la Sangre?
Es un
Cristo devoto, sentido; es un Cristo que tiene el rostro
descansado después de mucho sufrir, es un Cristo que invita a la
oración; que es lo que pretende el imaginero.
¿Qué
sentimiento le produce, el restaurar una imagen que usted realizara
hace ya algunos años?
Es un
sentimiento muy especial, lo primero que se me ocurre es dar gracias
a Dios y después una emoción especial, luego lo examinas y piensas
como lo podías mejorar, o bien te das cuenta que está más
conseguido de lo que uno creía.
¿Qué
significa la Virgen del Valle dentro de su obra?
La
Virgen del Valle cada año que pasa me gusta más, no es la que más
sentí cuando la hice. Cuando uno se pone a tallar pone la mayor
ilusión, luego sale mejor o peor. Su expresión ascética se puede
semejar más a la Escuela Castellana de Imaginería, está en un
línea más expresiva.
¿Qué
Imágenes de la Semana Santa Onubense ha realizado?
El
ochenta por ciento.
En
San Pedro:
El Cristo de la Burrita, la
Virgen de los Ángeles, el grupo del Descendimiento, la Virgen de
la Soledad y la Virgen de las Angustias del Santo Entierro.
En
San Sebastián
Las dos Hermandades.
En el
Corazón de Jesús:
La Virgen del Amor, El
Cristo de la Cena, La virgen del Rosario, El Cristo de la Humildad,
la figura de Herodes de esta misma hermandad.
En
la Concepción:
El ángel de la Oración en
el huerto, la Virgen de la Soledad que la arreglé, me entregaron una
cabe-za y la convertí en Dolorosa. También he hecho otras Imágenes
en colaboración con otros artistas.
¿Le está
dando mucho trabajo la restauración del Cristo de la Sangre?
No,
ya que solo está deteriorada la encarnadura y además no hay que
tocar el rostro.
¿Qué
Imágenes de Cristo y Virgen destacaría usted en su obra? Y ¿Qué
otras Imágenes?
Hay
que pensar en cual es la que le gusta más al publico y cual es la
que le gusta más al escultor, que no tiene por que ser la misma.
Yo
destacaría, en Vírgenes: la del Amor, La de los Ángeles y Las
Angustias del Santo Entierro
En
Cristo: El de la Sangre, El que tengo en el altar mayor de la
Concepción, El Cristo del grupo del Descendimiento y el Cristo del
regazo de la Virgen de las Angustias.
Otras
figuras: el ángel de la Oración en el Huerto y un Cristo Cautivo en
la parroquia de Beas.
Dígame
alguna anécdota de su vida como imaginero.
He
tenido muchas anecdo-tas en mi vida como imaginero de momento
voy a contar una que me ocurrió al volver de lepe en el tren, había
ido yo a entregar una Imagen de la Borriquita y cuando volvía en el
mismo tren, había dos jóvenes que empezaron a discutir entre ellos,
que si la Borriquita era una mulita o una burrita, entonces uno me
ofreció un cigarro y me preguntaron, si yo había visto a la
Borriquita y que opinaba. Haciéndome cargo de la situación y
deseando que me dejaran tranquilo, les dije que no la había visto.
Había estado, tres o cuatro meses seguido sin dejar de trabajar en
ella.
Antonio,
muchas gracias por este tiempo que nos ha dedicado y si alguna vez he
sido pesado, ruego que me perdone ya que ha sido por la admiración
que siento a su persona, y pienso que todos los cofrades Onubense de
igual forma la sienten.
Nada
hombre lo he pasado muy bien con ustedes trabajando en vuestra
secretaria y os habéis portado muy bien conmigo.
Antonio León Ortega por Antonio Brunt.
o-o-o-o
Estas son
la palabra sencillas de un hombre que lo es, de un hombre que ha
creado la mayoría de las Imágenes de nuestra Semana Mayor y que
fuera de toda pasión ha sabido llegar al corazón de todos aquellos
que lo contemplamos en su que hacer artístico, en la restauración
del Cristo de la Sangre, de un hombre que supo sonreír cuando le
importunábamos haciéndole preguntas admiradas sobre él y su obra,
importunándole haciendo fotografías, porque queríamos que este
hecho, pasara a la historia de la Hermandad.
De un
hombre que no le gustan las entrevistas pero que, quizás,
sensibilizado por nuestro sano querer saber, nos otorgó este gran
privilegio para nosotros: La Hermandad de los Estudiantes, en
simbólica representación de todas las hermandades de nuestra Semana
Santa.
Otros enlaces relacionados:
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https://jucabuca.blogspot.com/2012/12/antonio-leon-ortega.html