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03 abril 2016

Exaltación Mariana y Ofrenda Floral a la Virgen del Valle.1991


Presentación del acto


Virgen del Valle, aquí nos tienes una vez más

(Juan Antonio Riquelme) 

Virgen del Valle,  aquí nos tienes una vez más a los que te  proclamamos como  Madre común de los seguidores de Jesús, tu Divino Hijo. Son ahora catorce años los que la Hermandad de los Estudiantes, lleva acompañándote en este día de la Candelaria, catorce años, encendiendo en tu honor una candela, en la que arde; la flor, la música y la palabra, con el deseo de que su aroma llegue hasta los Cielos en que te encuentras.


La flor te llegará hoy, como siempre, de la mano de tus hijos Estudiantes, la música en tu honor, la pondrá, la Coral Polifónica, Santa María de la Rábida. Tu ya conoces a estos onubenses que en dos anteriores ocasiones  quisieron, también, unirse a tu Hermandad en este acto, desde entonces no han dejado de luchar por mejorar en su arte y anunciar por todos los lados, el nombre de Huelva cuyo pabellón han dejado bien alto en todos los lugares de Europa y América a los que han acudido como representantes de nuestra ciudad, nuestros cantes, adaptados a las estructuras polifónicas, se han oído gracia a éllos, en la Tierra que un día descubrieron para el Mundo nuestros marineros.

La palabra ..., estoy seguro de que has oído muchas veces a Juan Carlos Bueno Camacho, el va a ser hoy la palabra y la poesía de tu Hermanda.

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Ofrenda Floral


Virgen del Valle,
¿Qué es una flor?

La flor es el cariño,
la flor es el amor;
las flores son los niños,
los niños son la flor.

La flor es el trabajo,
la flor es el candor;
las flores son los hombres,
los hombres son la flor.

La flor es la Pasión:
la flor es la resurrección;
las flore son Jesucristo,
Jesucristo es la flor

La flor es la resignación,
la flor es la purificación:
las flores son María,
María, tu eres la flor.

Las flores son plegarias
de tu pueblo con amor.

La flor
es el espíritu
del niño
que se bautizó,
es la entrega
del adolescente
que se confirmo,
es la penitencia
del penitente
que penitenció.

La flor
es la vida
del hombre
que comulgó,
es el Alma
del enfermo
que nos dejó,
es la renuncia
del sacerdote
que te aceptó.

La flor
es la pureza
de la pareja
que al matrimonio
se consagró.

María, acepta de tu pueblo
el sentimiento hecho flor:

Flores de cariño, de amor,
de trabajo, de candor.

Flores que son: Espíritu,
entrega y penitencia;
flores que son: vida
alma y renuncia;
flores que son pureza.

Son : el lirio, el nardo y el clavel;
Son: la azucena, el gladiolo y la rosa.

Son todas ellas,
de las flores, las más hermosas;
como son el mejor de los sentimientos
del que te las entrega.

Invitación a la Ofrenda

(Juan Antonio Riquelme)

Acercaos ahora vosotros
hijos de María
y colocad ante ella
las flores de
vuestro amor.




Presentación del Exaltador



Virgen del Valle, gracias, gracias porque si en las diversas ocasiones en las que he hecho las veces de mantenedor de este acto, me he visto honrado con presentar a verdaderos amigos, hoy, este honor se hace más grande para mi al presentarte como exaltador a Juan Carlos Bueno Camacho.

De Juan Carlos, no puedo decir tan solo que es un amigo, sino que debo e añadir que es un hermano, un hermano porque su relación conmigo y con muchos de los que aquí, estamos presente, ha ido y sigue yendo más allá de la amistad. Juan Carlos Bueno ha compartido con los Hermanos Estudiantes, los momentos duros que a veces nos depara la vida de la Hermandad, él ha sabido estar por encima de las discrepancias cuando las ha habido y por encima de los personalismos, se ha sabido entregar a la Hermandad que es tanto como decir a todos nosotros, a tu hijo a a ti, Virgen del Valle, renunciando a muchas cosas.

Nunca ha eludido la responsabilidad del trabajo con ningún pretexto, ha ocupado los puestos de: vocal, vice-tesorero, tesorero y capataz, dando muestra de su entrega y devoción. Ahora, aunque algo más alejado por circunstancias laborales de las funciones de gobierno e la Hermandad, no ha dejado de participar en las responsabilidades y deberes de un ejemplar hermano.

Juan Carlos es hombre de Paz, bueno no solo de apellido sino, también, de condición y se puede decir de él  que ha sabido hacer amigos a su alrededor en todas las facetas de su vida.

Hijo de este barrio tuyo, desde muy pequeño se sintió llamado por el Cristo de la Sangre e ingresó en las filas de la Hermandad, él ha hecho en nuestra Hermandad de todo y con todos. Llamado un día a ser capataz de tu paso de palio, no pudo ni quiso evitar tu llamada y prendió en él con más fuerza la llama de su devoción Mariana, desde entonces, tu has sido centro de su veneración y esfuerzo.

Su vocación literaria nació, no podía ser de otra manera dentro de la Hermandad y desde su boletín se ha esforzado en la tarea de darnos a conocer diversas facetas de la vida cofrade, también ha colaborado con el diario, Huelva Información con diversos artículos entre los que hay que destacar los dedicado a la vida y obra de Don Antonio León Ortega, autor de tu venerada Imagen que hoy goza ya de tu presencia y al que le unió una especial amistad a través de su trabajo en la Hermandad.

Se, que durante muchos años Juan Carlos ha soñado con este momento y que en su modestia nunca estuvo seguro de lograr, pero Tú sabes dar a cada uno aquello que se merece y Juan Carlos Bueno se merece más que nadie es este momento el honor de ser la voz de los Estudiantes, la oración de tu barrio y la devoción de tus hijos. Aquí lo tienes, Virgen del Valle, es tu capataz, tu costalero, tu hijo Juan Carlos Bueno que viene a decirte, en voz alta, lo que desde lo más profundo de su corazón, te viene diciendo desde hace años.

Juan Antonio Riquelme.


Exaltación Mariana


Padre Nuestro Cristo de la Sangre

Padre nuestro, Cristo de la Sangre
que desde las alturas velas para que
tus hijos, los Estudiantes,
expandamos tus santas enseñanza
en nuestra vida diaria 
y de esta forma, algún día,
nos sentemos y compartamos tu mesa.

Soy, tu sumiso hijo, aquí, en la Tierra
como si tu, lo quieres, lo seré en el Cielo

Dame hoy las suficientes fuerzas
para llegar al corazón
de todos los que nos reunimos
en nombre de María

Perdóname, si mis palabras
no son todo lo doctas 
que tu quisieras.

Y líbrate de toda insinceridad.


Salutación

Señor Cura Párroco de la parroquia del que fuera adoptado como abogado defensor antes Dios, en los años calamitosos de enfermedad, nuestro mártir, San Sebastián.

Junta de Gobierno de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Sangre y Nuestra Señora del Valle, mi Hermandad de los Estudiantes, que permitís que hoy mi rezo, sea la oración de todos los aquí presentes.

Representantes de la Unión de Hermandades y Cofradías de Semana Santa de  Huelva y de las diferentes Hermandades de nuestra ciudad que bajo las distintas advocaciones a María, cuan piropos a la Madre de Dios, nos hacéis más fáciles nuestros rezos diarios.

Hermanos de los Estudiantes, devotos de la Virgen del Valle que con vuestras flores al igual que pañuelos, intentáis consolar a la Madre que ha visto a su hijo muerto en la Cruz.

Mis Hermanos en Cristo todos.

¡Buenas noches!


Agradecimiento

María Santísima del Valle, permítete que en primer lugar agradezca las palabras de mi presentador: Juan Antonio Riquelme García.

Tu, lo conoces igual que yo y sabes que sus palabras, más que de la objetividad del que presenta, parte de la subjetividad de la amistad. Amasada en los muchos momentos de trabajo para tu Hermandad, Señora

Momentos de alegría, de pasión, también de tristeza y a veces de incomprensión; pero todos ellos como talentos para ofrecértelos a ti a tu Hijo, inmenso Valle de Bendiciones.



Oración

Santísimo Cristo e la Sangre,
quisiera que en este día,
pusieras en mi boca
las palabras más hermosa y sinceras
que todo hijo
dedicara a una Madre,

Quisiera hacer de esta exaltación
ofreciendo el sentimiento hecho flor
las más bella de las Oraciones.
para ofrecérsela a tu Madre, Señor,
por tanta y tantas veces
que la he contrariado.

Pero...
no se si soy digno
de pedirte
tales favores.
Hágase tu voluntad. 


El exaltador como Pueblo Sencillo

Quiere decir éste que ocupa el lugar del exaltador que es persona de moral Cristiana, Católica y apostólica, de la Iglesia de Roma, llegada a élla, en el seno de mi familia  y revalidada en la hermandad de los Estudiantes pero que hoy quiere ser:

Palabra para predicar a los cuatro vientos
las grandezas de mi Tierra que reza, sin saberlo.

Piropo al norte y al sur del Marinismo onubense,
rosario de advocaciones que reza el Pueblo.

En suma, todo ello: 
plegaria hecho amor
para cantar con el corazón abierto
que María, madre de Dios
solo hay una  y esta en el Cielo
pero...
en cada capilla
en cada iglesia,
en cada templo,
María son cientos
como cientos son los rezos
de tu Pueblo que te clama
y es tan sencillo
que no quiere entender 
de normas y precepto.

Porque en esta Tierra de María Santísima,
el sentimiento es más sentimiento
y es tan profundo que llega más adentro.

Virgen del Valle,
Madre de Dios, 
Reina de la Tierra y el Cielo,
florecilla encendida
de un jardín
imperecedero,
guía del peregrino
luminaria, del costalero,
Valle inmenso
por el que guiar
al caminante
que va a tu encuentro,

Virgen del Valle,
Madre de Dios,
de los Estudiantes,
amor eterno.



Como un juego de niños

Siempre que se escribe algo, intentamos saber, como fue el principio de ese algo, y quiero recordar como fue mi primer contacto contigo, Señora, y a mi mente vienen recuerdo de Semanas Santas, en otros años, los de mi niñez, donde a Jesucristo aprendí a querer:

Y tiene mi Huelva una Ría
que a sones de fandango, 
cuan barquilla de vela 
que por la orilla
se va acercando,
le van rezando
a la Virgen, saetas,
oraciones hecha canto.

Y tiene mi Huelva,
plaza plazoletas y plazuelas
y en todas ellas niños que juegan
a Semana Santa a hacer pasos:

"Dos cajas de cartón es
lo que necesitamos
que no sean muy grandes
pero tampoco
cajas de zapatos"

"P'al Cristo, una Cruz hecha
con dos palos planos
como monte
yerbitas y tréboles del cabezo
y de la residencia
lo que podamos".

"P'a la Virgen una muñeca de comunión
que parece
una Virgencita
vestia de blanco".
"Como flores: 
margaritas y vinagretas 
del campo 
y alguna que otra,
gitanilla o geranio
cogida de cualquier
ventana del barrio".

Así es María del Valle, como mucho de tus hijos han llegado a tu Hermandad, comenzando como un juego de niños que en su inocencia, comienzan a saber, de la trascendencia del mensaje de tu Hijo.

Pasó el tiempo de aquellos mis primeros juegos de Semana Santa,  yo de tu Hermandad, María, aún no era hermano, aunque limpiaba, ya hacia algunos años, varales jarras y candelabros y vi en un lluvioso Martes Santo como mis amigos, con el capirote doblado, permanecían en la fila, sin moverse ni tan sin quiera, un palmo.

Pasaron dos o tres años  y en la tarde de un Lunes Santo, por primera vez, tomé al Cristo de la Sangre en mis manos.

Cuando tenía quince o dieseis años y coincidiendo con el resurgir de la Hermandad, María Santísima del Valle, intentábamos recaudar dinero para la cofradía,

Estampitas a los portones de mi barrio,
viendo descansar el rostro de tu hijo, tan placido:

Cristo de la Sangre
él del rostro descansado,
clavado en la Cruz, 
me acoges entre tus brazos.

En la Junta de Gobierno comencé a trabajar, siempre queriendo hacer algo más, no fue hasta próximos a cumplir veinte años  que no descubrí tu rostro tan blanco, en las tres calle, delante de tu palio:

Virgen del Valle: 

Qué decirte
que no te haya
dicho antes.

Qué oración rezarte
que antes
no te haya rezado.

Eres, la fuerza
de tus Costaleros.

Eres, del Capataz
la guía en el sendero.

Eres, del enfermo
el consuelo..

Eres, de tu Barrio
el centro de la oración 
y el rezo.

Eres, de tus Hijos
mujer valiente
a quien tomar
por ejemplo.



Una Oración para la Paz

Virgen del Valle, hoy mi oración es una oración para la Paz.

Tengo que decirte María, que aquí en a Tierra se cometen muchas injusticias mal utilizando el nombre de Dios.

Quiero rezarte  Señora, para que ilumines el Alma de tantos hombres que dejándose llevar por incontroladas pasiones, no entienden que Dios no quiere, que para que aumenten las riquezas terrenales, que por el ansia de poder de algunas naciones, se engañen a inocentes hombres que dejándose llevar  por el fanatismo de algunas religiones, no se dan cuenta que con la muerte en Cruz de tu Hijo, fue suficiente. 


Cada Cofrade en su lugar

Y llegado el Martes Santo, los hermanos de mi Hermandad, saben el lugar que deben ocupar en la cofradía. El sitio lo eligen ellos, según las circunstancias que les llevan a cubrirse el rostro con el antifaz y de esta forma rezar, con la mayor intimidad:

Con la Virgen del Valle,
los hay:
maniguetas y nazarenos,
penitentes y costaleros.

En el desfile procesional,
va escoltando el manigueta
a su Virgen del Valle
que bajo su palio le vela.
Y rezará el manigueta:
¡Hay mi Virgen del Valle
que la enfermedad,
junto  a ti me lleva!

Con la Virgen del Valle,
los hay:
maniguetas y nazarenos,
penitentes y costaleros.

Largas filas nazarenas
y el cirio apoyado en el cinto
del nazareno Estudiante
que quiere alumbrar el camino:
¡Esta llama es mi vida,
soy nazareno Estudiante
y andando por los caminos
a tus pies iré a postrarme!

Con la Virgen del Valle,
los hay:
maniguetas y nazarenos,
penitentes y costaleros.

Haciendo va penitencia,
con cruz y cadenas
un padre que
el madero de Cristo besa:
soy descalzo penitente,
la cadena mi oración,
¡Gracias, Virgen del Valle
que mi hija ya sanó!

Con la Virgen del Valle,
los hay:
maniguetas y nazarenos,
penitentes y costaleros.

Son como Santos Varones
con faja y costal,
el costalero Estudiante
que a su Madre quiere aliviar:
¡Andando iré despacio,
tus lagrimas quiero secar!
¡Ay mi Virgen del Valle
que eres mi fuerza y moral!

Con la Virgen del Valle,
los hay:
maniguetas y nazarenos,
penitentes y costaleros.



Hoy mi voz quiere ser

Señora del Valle, hoy mi voz quiere ser:

La voz del empresario, del empleado, del incomprendido, del marginado.

La voz del universitario, del parvulario, del bachiller del graduado.

La voz del opositor, del licenciado, del enfermo, del parado.

La voz del que quiere optar a un puesto de trabajo.

La voz e la maternidad deseada, la voz del padre del toxicómano.

Hoy mi voz quiere ser: la voz del que en todo sus actos te tiene presente.

Trabajamos, lo intentamos y si no podemos de tí nos acordamos.

Las flores son nuestras oraciones , las miradas nuestras peticiones.

María, Señora, Valle, Madre, hoy te hablo por todos ellos, mi voz es humilde y sincera, aceptas estos rezos que son de todos aquellos que un día llegamos a este Valle de lagrima y bajo tu manto los acogiste.



Mi recuerdo a los que fueron

Mi recuerdo a los que fueron mis profesores en este bachiller de la Semana Santa:

Manolo Villegas que con su constancia, supo enseñarme el equilibrio entre la juventud y la experiencia, entre lo nuevo y lo viejo.

José Rodríguez Santiago que tanta confianza depositó en  mi, en mis primeros años como miembro de la Junta de Gobierno, siendo a veces su confidente.

José Jurado Vázquez que me enseñó de la teoría y práctica de la cofradía.

Antonio Prieto Villegas, que me enseñó de la responsabilidad del dirigente.

Al difunto Justo Bolaño que estoy seguro que hoy ocupa un lugar de preferencia sentado junto al Padre. El apostó siempre por la juventud de la Hermandad y quiso que fuéramos participes de todo los actos que se organizaban.

Y de tantos y tantos otros de los que siempre quise aprender algo.

Un especial y emocionado recuerdo para Antonio León Ortega que si en la Tierra a golpe de gubia, labraba la madera, sabiendo de humildad, de sencillez y paciencia, hoy en la Carpintería Celestial de José se encuentra. Imposible será contar el numero de oraciones que a través de sus Imágenes te han llegado, María, como imposible será contar el numero de puntadas para tallarlas. Cada golpe, un corazón abierto, cada pincelada un beso.


Y al exaltador se le confunden las palabras

Y al exaltador se le confunde las palabras al querer expresar tantos sentimiento porque el corazón siempre habla.

Difícil fue la gestación pero alegre ha sido el parto, sabes, Virgen del Valle que no soy rico en palabras y todo lo sintetizo e luz y amor:

Luz con la que siempre me iluminas en mi caminar diario y amor como mar inmenso llena de sinceras sensaciones.

María, no soy ni periodista, ni escritor, ni poeta. Solo se que me brillan los ojos cuando te veo bajo tu palio, que el corazón me lata más fuerte, cuando te miro a la cara frente a frente.

Que se me eriza el vello cuando el Cristo de la Sangre para ponerlo sobre su paso del suelo lo levantan.

Que se me acongoja el alma cuando el Martes Santo, baja por tu rampa.

Soy uno más de los hermanos de tu Hermandad que cuando te miro el rostro quisiera oírte hablar, que te veo sonriente cuando alegre mi alma está que te veo algo triste cuando algo me va mal.

Pero siempre, compasiva comprensiva y paciente.


Y hasta aquí mi exaltación

Y hasta aquí mi exaltación.
Quizás hecha con palabras
torpemente hilvanadas
pero tu sabes, María
que en cada una de ellas
va una gotita de sangre
del un corazón exprimido
de quien sabes 
que te ama.


Muchas gracias.