Hasta hace pocos años, debajo del porche de la iglesia de San Sebastián, existía una imprenta papelería llamada Rábida, anteriormente se denominó, Minerva, y muchos muchos años antes, una tienda de comestibles o economato, recién inaugurada la parroquia era utilizado como almacén, creo que desde aquí alguna vez hizo su salida procesional nuestro Santo Patrón.
El párroco, viendo el trabajo que para algunos feligreses era subir la escalinata de acceso a la iglesia se planteó hacer una capilla pequeñita u oratorio donde se daría misa los días de poca asistencia a la misma y para los días de más afluencia un camino menos dificultoso, una rampa, con la suficiente anchura para que cupieran los pasos en sus desfiles.
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